Con más de 500 años de historia y patrimonio del Estado, somos la reserva genética de caballos de pura raza española estirpe cartujana más importante del mundo.
En los terrenos que ocupa la antigua dehesa de la ‘Fuente del Suero’, adyacentes al Monasterio de La Cartuja de Jerez de la Frontera, se contempla hoy, igual que a finales del siglo XV, la estampa de los legendarios caballos de pura raza española, estirpe cartujana. Es la misma imagen, espontánea y majestuosa, que desde siglos atrás enamoró a reyes, pintores, investigadores, criadores y poetas. Allí pastan y crecen ejemplares de gran pureza: los que conforman la Yeguada de la Cartuja – Hierro del Bocado.
Las actividades de esta yeguada mítica se desarrollan en el valle del Guadalete, el mismo espacio natural que, por sus condiciones de clima y fertilidad, produce los universales vinos de Jerez. El prestigio ganadero de estas tierras se remonta a la antigüedad clásica. Virgilio describió con fascinación lo armónico de los caballos del sur peninsular, y Publio Cornelio Escipión atesoró en su mansión romana équidos de la Baja Andalucía. El emperador romano Calígula, Ricardo Corazón de León, Federico El Grande y Napoleón Bonaparte también fueron propietarios de caballos de esta región.
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