Patrimonio natural que es mimado con una viticultura de precisión. Legado que cuidamos como un jardín, alineaciones perfectas de viñedos, donde la planta se siente sana en la pureza del entorno y nos regala cada año su fruto más delicioso y cautivador.
Únicamente los mostos más puros son los seleccionados para la vinificación.
Somos fieles a un estilo propio, administramos un parque de barricas singular, donde creamos vinos desde diferentes formatos, ya sea en barricas mínimas de roble francés y americano o tinos de amplios volúmenes. Un parque de madera que nos acompaña durante su vida dándonos lo mejor de cada año.
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