Texapel, empresa dedicada a la elaboración y producción de soluciones químicas para la industria.
1942 Prudencio Argüelles Montero (ingeniero químico, 1905 – 1990) inició su aventura empresarial en unos locales industriales de la calle Decano Bahí, en la ciudad de Barcelona. Eran tiempos difíciles en una España de posguerra. Con escasos medios y una férrea fuerza de voluntad Prudencio comenzó a desarrollar preparaciones lubricantes dirigidas al sector del metal (Taladrinas) y al sector de hilatura de lana y fibras duras y recuperadas (Ensimajes).
La misión de esos compuestos, comercializados bajo la marca Amidol era facilitar el proceso fabril, mejorando el rendimiento de la producción en “máquina”: menor tiempo de proceso, mejor conservación y mayor rendimiento y duración de la vida activa de los equipos. La acogida de este trabajo entre el empresariado catalán permitió consolidar una posición en Cataluña y acceder a otras regiones del país.
A principios de 1960, Prudencio Argüelles Montero abandona el sector del metal y establece una colaboración con una empresa química de Alemania. Se inicia, entonces, la elaboración de productos químicos auxiliares (destinados a la hilatura primaria y secundaria de fibras sintéticas), así como otro tipo de productos químicos auxiliares dirigidos al sector de la tintura y al acabado de artículos textiles. A principios de los setenta, fruto de la buena cooperación con el socio tecnológico alemán, se amplía la oferta y se comienzan a fabricar los primeros productos y/o preparaciones sintéticos (Desengrasantes, detergentes, recurtientes, engrasantes y otros.) destinados al sector de la piel y el curtido español.
En 1974 tiene lugar el traslado de la fábrica al norte de la ciudad de Barcelona, en el Polígono Industrial del Besós.
Después de sucesivos cambios y transformaciones en el escenario estratégico industrial, en 1994, nace Texapel, SL con el reto de abrir fronteras, más allá de España, exportando la línea de productos elaborada en Barcelona.
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