Los orígenes de Hacienda El Ternero se remontan al 1.077, época en la que perteneció al Monasterio de Santa María de Herrera. En el corazón de la hacienda edificios de los siglos XVII, XVIII y XIX albergan hoy la bodega, y antaño funcionaron como Monasterio, cuartel, escuela y hospital de peregrinos del Camino de Santiago. En el centro, la ermita de Hacienda El Ternero custodia a la Virgen de la Pera, patrona de la finca.
Un enclave singular cuyo paisaje y edificios resisten el paso del tiempo: naranjos de Nueva Orleans, abetos de Douglas, bosques de Piceas y viñedos rodean la bodega, protegiendo las antiguas dependencias de los monjes, el cementerio y la ermita, en pleno corazón de la hacienda.
En el corazón de la finca se encuentra nuestra bodega: edificios de piedra de los siglos XVII, XVIII y XIX donde elaboramos nuestros vinos de manera casi artesanal, lo que nos permite prestarles la atención que merecen.
Entre los muros del antiguo monasterio nuestros vinos reposan en calma dentro de las barricas de roble francés, donde con el paso del tiempo se van afinando.
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