Una familia Jerezana encontró este antiguo casco de bodega, donde se almacenaban los tesoros del Marco de Jerez. Quisieron albergar en su interior algo más que vinos y desarrollaron su gastronomía entre vigas de madera y botas con la esencia más pura de Jerez.
El pequeño de los Muñoz Soto, Javier, encontró entre los muros de esta antigua bodega la inspiración para crear platos en los que el vino de Jerez es el auténtico protagonista, tanto en las elaboraciones como en los maridajes.
Al entrar en La Carboná se revive el origen de Jerez. Sus muros evocan el ambiente romántico y clásico bodeguero. Se respira Jerez y se recrea la historia de sus vinos en cada rincón. Hemos creado un espacio donde disfrutar sin prisas de la alta gastronomía, paladear un buen vino y reencontrarse con sabores tradicionales entre amigos.
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