A principios de 1960 Antonio Martínez lozano inició su actividad en el mundo de los aceites esenciales.
Comenzó con la asistencia a subastas de explotación de montes que se hacían en aquella época, donde todos los aceites que se producían en España eran de origen silvestre.
Su primera destilería tradicional la montó en Archivel, llegando a manejar 25 calderas tradicionales a lo largo de toda la geografía española. Estas calderas se instalaban donde se recolectaba la planta aromática, siendo muy diferente a hoy en día, con grandes centros de producción concentrados en un lugar.
Fue en los años 70 cuando Lozano se convirtió en el primero en llevar el Espliego a plantación, siendo pionero en el modelo de producción para este aceite, modelo que perdura hasta hoy.
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