Cuando en 1921 Emilio Saracho y Perico Chicote viajaron de Madrid a Londres en busca de elementos mobiliarios de un genuino Club inglés para inspirar la decoración de un nuevo local especializado en cócteles, no sabían que también estaban dando con la combinación de un lugar irrepetible que parecía un bar pero se convertiría en un museo de historias.
El primer dueño del Cock y su barman jefe trajeron piezas inglesas originales que todavía se conservan y que, junto con los altísimos techos, la imponente chimenea y las flores frescas, distinguen este local situado en un palacete francés de la Calle de la Reina como uno de los de más solera de Madrid. En esta primera etapa, que duró hasta la Guerra Civil, el Cock quitaba la sed a intelectuales, poetas y políticos y en su barra se discurrían teorías de todo pelaje auspiciadas por la inestabilidad política y las tensiones sociales del primer tercio del siglo XX. Allí podía verse escribir a Mihura, pensar a Buñuel o presumir a Dalí.
|